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A inicios de los años 1990, el patriarca de la familia Torobeo, Antolín Torobeo Ccari, inició un proyecto de servicio a la comunidad Quillabambina al abrir un hospedaje llamado Machupicchu, ubicado en el Jr. Machupicchu 134. Esta idea fue apoyada por sus hijos, quienes también contribuyeron al proyecto, que fue muy bien recibido tanto por los hermanos convencianos como por los visitantes de fuera de la ciudad. La idea se formalizó con el nombre de Machupicchu, convirtiéndolo en un lugar acogedor para los visitantes que desearan descansar y sentirse como en casa. Con los años, el hospedaje comenzó a ser reconocido por la acogida y el respeto empático hacia los huéspedes. Esto permitió su crecimiento, lo que llevó a la construcción de una nueva edificación para acoger a más visitantes. Lamentablemente, el patriarca falleció en 2006, pero su legado fue continuado por sus hijos, siendo Wilbert Torobeo Jiménez quien asumió la administración del hospedaje. Durante un tiempo, el hospedaje estuvo bajo su excelente gestión. Sin embargo, con la llegada de la pandemia, y el hijo falleció. Ante esta situación, se decidió continuar con la operación del hospedaje, ahora administrado por los nietos de Antolín Torobeo Ccari, hijos de la señora Domitila Torobeo de Molina. Como esposa de uno de los hijos de la señora Domitila, tomé la administración del hospedaje. Desde 2022, el hospedaje fue reaperturado con el objetivo de seguir brindando servicio a la población convenciana, siempre demostrando empatía, respeto y sobre todo brindando una excelente atención a los visitantes. El legado de la familia Torobeo Jiménez sigue vivo, manteniendo la amabilidad en la atención al cliente, y seguimos comprometidos a ofrecer una experiencia cálida y acogedora a todos los que nos eligen.
El propósito fundamental del legado familiar en esta empresa es que toda la población quillabambina, así como los visitantes de otras localidades, tanto a nivel nacional como internacional, puedan encontrar el mejor servicio para descansar, ya sea en familia o de manera individual. Buscamos que todos se sientan como en casa, brindándoles un ambiente acogedor y cómodo. De este modo, no solo aspiramos a que nos recomienden a otros visitantes que lleguen a Quillabamba, sino también a que los mismos huéspedes que nos visitan, al experimentar la calidad de nuestro servicio, deseen retornar en futuras ocasiones.
En un futuro no muy lejano, la visión principal es poder incrementar la infraestructura del hospedaje mediante una nueva construcción, lo que nos permitirá acoger a más visitantes y seguir proporcionando un servicio adecuado y de calidad a la sociedad. Además, aspiramos a crear más oportunidades laborales, contratando a más personas y contribuyendo al desarrollo económico de la comunidad.